viernes, 23 de mayo de 2008

VULGARIDAD… O PICARDIA??

En Nicaragua es frecuente que las personas de clase media o de nivel más elevado traten, al hablar o escribir, de excluir de su léxico palabras que sean o parezcan vulgares, y que sin embargo, las usen sin siquiera sonrojarse cuando las dicen en privado (Entre personas del mismo sexo, en su grupo familiar o circulo privado). Es una manera hipócrita de parecer cultos o “estudiados” en público aunque “en el sobaco de la confianza” las usen.
Las palabras más criticadas son las que se refieren al sexo, a ciertas partes del cuerpo humano o excrecencias, y tratare de explicarlo:
En Nicaragua al ANO le decimos CULO, arete, aro, rodete, argolla, etc., y es frecuente escuchar que lo disimulamos diciendo “me pica el de atrás“, o “el trasero”, y aún personas que presumen de “muy cultas” dicen “me duele ahí donde la columna pierde su nombre honesto”.
A alguien le preguntaron: “como se escribe Cesar?, con “C” o con “S”? Y respondió: con “C“ de ANO.
Algunas palabras las aprendimos desde pequeños de nuestras “chichiguas” o de nuestra propia madre. Cuando un niño se golpea una manita corre llorando donde su madre quien cariñosamente le toma la manito y mientras lo soba le dice “sana, sana, culito de rana, tírate un pedito para hoy y mañana”. Santo remedio!. El niño deja de llorar y se va feliz. La madre le dice al médico: “que le hago al niño que le amaneció cagado el culito del ojo?”
La mayoría de palabras de dudosa reputación las aprendemos con el correr de los años y de involucrarnos a la sociedad en su diario vivir. Recuerdo que mi abuelo, que era médico le dijo a un paciente del campo que se pusiera un ENEMA en la mañana. Este por presumir de entendido en la materia le preguntó: “doctor, ese ENEMA se pone con ‘ERINGA’?”. Y mi abuelo le respondió: “Si, se pone con ‘ERINGA’, pero en el ‘ULO’!”.
El Nicaraguense tiende a ser vulgar, y cuando tiene ocasión, las palabras jodido, joder, pendejo, cochón, maje, cabrón, etc., son de uso corriente en su habla. Conste que el hijueputa también se usa, pero con menos frecuencia. Aquí hay que hacer una diferencia que cambia radicalmente el significado de lo que queremos decir. Aceptamos que alguien diga: “Te presento a este jueputa que es un gran amigo mío”. Otro al saludar dice: “Ideay, como has estado hijueputá”, y no se inmuta sobre todo si lo acentúa en la última silaba y le dice “hijueputá”. Conste que no estoy hablando de Hijo de Puta o Hijo de la Gran P….o Hijo de las Cien Mil P…que sí es un gran insulto y que va en aumento según las P que se agreguen.
Todo esto es parte de nuestra cultura, de nuestra Nicaraguanidad, y es cuando Chale Mantica dice que “se nos sale la cotona”y agrega…”y a veces los caites”. Y porque?? Porque somos Nicaragüenses!

Para los léidos y los que han podido ir a dar su vueltecita por los otros países de Centroamérica habrán notado que por ejemplo en Guatemala y El Salvador es frecuente oír un caluroso saludo como este: “Que gusto de verte!, Como has estado Cerote?”, o “Como te va, panza de ñaña?”. Con nuestros hermanos de Costa Rica que sí son vulgares desde antes de nacer”, no nos extrañemos que nos digan: “Como está, guevón?”, y si nos relatan algo, mezclan con gran arte el mierda, el hijueputa, huevón, maje y otros epítetos que solo ellos entienden. A veces (Yo creo que al oírse) hasta se disculpan con uno diciendo “perdone guevón, pero es que yo soy así, mal hablado”.
Un amigo me dijo una vez: Yo tengo un pariente ya de edad que goza de cómo habla el “tico”, y cuando va a visitarlos, después de saludar les dice: “por favor, hábleme en hijueputa”.
Cada país tiene su léxico que le da su identidad, y palabras que antes parecían vulgares con el tiempo se han vuelto de uso corriente. Diferentes a nosotros los latinos, los Españoles nombran las cosas por su nombre. Las tetas son las tetas, el trasero es culo, el gancho es coño, la mierda es mierda, etc., y nadie se escandaliza, excepto, claro está, los turistas y los mojigatos.
Y ahora me dirán…, y porqué éste preámbulo??
Solamente lo hago para aclarar ciertos malentendidos que ha despertado la grabación y divulgación en los medios de comunicación de nuestra última grabación musical, “Cantares Nicaragüenses, Picardía e Ingenio” Vol 1, que no es más que una pequeña muestra médica de más de 300 canciones folklóricas, fruto de mas de 30 años de recopilación, y cuyas letras se incluyen en el libro del mismo nombre, escrito por Carlos Mántica y Cesar Ramirez Fajardo, pero en el cual no se incluyen las melodías. Don Salvador Cardenal decía que el campo es el cofre de la ciudad y que canciones que alguna vez fueron éxitos en la ciudad, alguien las oyó, se las aprendió, y fueron pasando de boca en boca sin saberse cuando fueron hechas, quien fué su autor, y con frecuencia, olvidándose parte de las letras y aún de las melodías. Ha sido labor de muchos rescatarlas, grabarlas, estudiarlas, depurarlas y tratar de que sean lo más parecido a la melodía original.
Por supuesto, la mayoría de estas canciones o sones fueron escuchadas y rescatadas en el tiempo de la colonización española y como es natural tienen tanto influencia española como cubana, mexicana o sudamericana (trayecto que seguían los barcos).
Un caso curioso (Por citar un ejemplo) es “El Colebrí”, que al pasar por México la recogieron y la Mexicanizaron cantándola con Mariachis y hasta como Son Ranchero. En Cuba recogieron ésta canción y usando la misma letra, la Cubanizaron y le dieron una bella y suave melodía. En Nicaragua, la Nicaraguanizamos y la misma letra es cantada en diferente ritmo y melodía. Fué grabada originalmente por Don Salvador Cardenal a Virgilio Alvarado, y posteriormente por Los Bisturices Armónicos.
En cuanto al nuevo CD, que ya está a la venta, nos reprochan que La Plasta, El Cerote y San Pedro son irreverentes o son vulgares.
Les aclaro que nosotros solo devolvemos a la ciudad lo que se había estancado en el campo, que de ahí lo hemos rescatado y lo que el pueblo compuso y preservó llegando a nosotros de boca en boca, de generación en generación, sin arreglos orquestales y sin partituras. No sabemos quién les puso las letras ni las músicas pero que es un trabajo que admiramos y que lo transmitimos tal y como lo recogimos.
Piezas como “San Pedro” que dicen que es irreverente, la cantamos a como la conocimos. Es una pieza muy antigua del Romancero Colonial Español, y Raúl Martinez, del grupo “Los de Palacaguina” encontró la versión primitiva en un viejo libro de folklore de Tetuán al Norte del Marruecos Español con el nombre de “Tai Pedro”.
En el disco hay una amplia explicación con todos los pormenores. Les recomendamos comprarlo y disfrutarlo pues es una edición de lujo, muy especial y diferente a otras grabaciones que se han hecho, con lujo de arreglos musicales, y como decimos al presentarlo en la TV, “Cerot’e Chancho el que no se ría y goce oyéndolo”
Buen provecho
Dr. Cesar Ramirez Fajardo

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