miércoles, 30 de abril de 2008

La oralidad del cuenta cuentos nica

Amadeo Albuquerque Lara

El cuenta cuentos de Olama y los Mollejones, entrevistado por el maestro periodista Mario Fulvio Espinoza (LP 12/9/2004, p.10B), es el prototipo del cuentista que se encuentra en los pueblos alejados de la capital. En el departamento de Rivas es muy común oír narraciones de un personaje desconocido llamado Juan Ventura. Se citan tantos cuentos atribuidos a este personaje, pero nadie lo conoció ni sabe de dónde era ni cuándo murió. Lo cierto es que sigue vivo en el folclor de ese departamento, y quizás en otros. Los cuentos de Fernando Silva, además de costumbristas son eminentemente representativos de la narrativa oral nicaragüense. La novela de Carlos Alemán Ocampo, Vida y amores de Alonso Palomino, es otro ejemplo de narrativa oral. Lengua madre del doctor César Ramírez Fajardo nos deja escuchar a sus personajes —las madres que llegan a su consultorio— para que seamos los lectores quienes juzguemos esos rasgos orales de sus pacientes. Es decir, la narrativa nicaragüense contiene suficientes fuentes escritas en donde se pueden documentar esos rasgos de la oralidad. El personaje del cuenta cuentos es folclórico, pintoresco, campechano, mal hablado, y sobre todo, exagerado. Analicemos el habla particular del personaje de Olama y Los Mollejones. Debemos comenzar por el tema que ocupa el centro de la entrevista: El mico brujo, el diablo y la cegua. El tema del mico brujo o la mica bruja es casi generalizado en todo el territorio nicaragüense. Recuerdo que en San Jorge, mi pueblo natal, había un cuenta cuentos llamado Rodolfo Orozco. Este personaje podía pasar la noche narrando cuentos de Juan Ventura, del diablo y de micas brujas. Este pasaje de la mona que se sube a la grupa del caballo que monta el trasnochador y que éste creyendo partirla en dos, le corta la cola al caballo, era el favorito de mi niñez. Otro personaje de origen masayés, pero que vivió en Rivas, relataba la historia de que una noche enfrentó al diablo a punta de machete y al final lo venció. Las historias de ceguas que asustaban a los tunantes también eran comunes. Estos tres temas, pues, pertenecen a la narrativa del cuenta cuentos. La otra característica es la expresividad por medio de la onomatopeya. En el pasaje en donde se enfrenta al bulto blanco se desborda el lenguaje onomatopéyico. “Y lo agarré en el suelo y, chas... chas... chas... Fla, fla, fla, fla sentía que el machete pegaba y soslayaba en el hueso. Ra, ra, ra, ra, ra, lo agarré por mi cuenta, pa, pa, pa, pa y le digo:” Es realmente una cadena de sonidos reflejados por el habla oral, lo cual hace interesante el relato. La mezcla del presente histórico con el pretérito indefinido es otra característica de la narración lineal del cuenta cuentos. “Claro que el mico me siguió hasta cierto punto, pero de ahí los perros salieron: guay, guay, guay latiendo. Bueno, el mico se apartó, pero más adelante me salió: cuas cuas, cuas, ahí venía atrás. Le digo yo: ‘Si te montás te arrepentís hijo de p... porque te morís ahora’.” Nótese en estos ejemplos, el manejo de la onomatopeya en los momentos más emocionantes. La sintaxis arcaica la utiliza el narrador folclórico con mucha frecuencia: “... porque voy al pueblo a dejar unos mis quesitos y ahí me agarra la noche.” “Yo tenía una mi tal enamorada ahí.” Es la sintaxis de los siglos XIV y XV heredada por los colonos españoles y que todavía se escucha aún en boca de ciertos locutores de radio y televisión: “En este su programa o en esta su emisora”. No podemos obviar el uso del diminutivo en estas narraciones: “Yo he sido hombre que he andado todita la vida de noche, porque voy al pueblo a dejar unos mis quesitos”. “Eso sí, yo manejo una cutachita chiquita”. “Me fui un sábado para allá, de la otra finquita salí para allá.” Es de sobra conocido que nuestro diminutivo no significa necesariamente que el objeto o persona sea pequeño, sino que adquiere características afectivas como quesitos o enfáticas, como todita la vida. La exageración para destacar la valentía del personaje, no es un rasgo único de la narrativa oral nicaragüense, pues desde la épica medieval se exageran las acciones de los héroes. El Cid Campeador toma al león con las manos y lo somete. Vence a los infantes de Carrión y venga por sí solo la afrenta de sus hijas. Oigamos a nuestro cuenta cuentos: “Si te montás te arrepentís hijo de p... porque te morís ahora”. “Bueno, yo vi el bulto y no le tomé ningún entusiasmo.” “... el caballo le tenía miedo, ya lo traje para allá y le grito: ‘no te equivoqués que soy fiesta, te voy a enseñar cómo es que me llamo yo”. “... le vuelvo a poner otro revés y a los seis va pal'suelo aquel espanto”; “yo sentía que a cada machetazo me pringaba de sangre, de babosada”; “sentía que el machete pegaba y soslayaba en el hueso, por donde- quiera.” Hasta que lo dejé tendido a la orilla del río, nos relata. El uso de rituales, símbolos religiosos y ciertos ingredientes de cocina como la sal y la mostaza, son típicos en estos cuentos: “Mi papá me había dado un consejo, cuando se hacen esos pactos, decía él, se dan tres vueltas al lado contrario, ra, ra, ra, tres vueltas y al otro lado otras tres vueltas. Yo di las tres vueltas y para decirle que no le tenía miedo pegué un gran grito”. “Teniendo valor, sí. Y con una cruceta lista, si no es de balde, dicen que con cruceta se agarra cualquier diablo”. En el relato de la cegua que abría la gaveta por la noche, nos cuenta don Horacio: “Entonces ya me castié, me saqué la mano zurda por debajo y la volé por encima”. “Bueno —dice— hay que traer la mostaza y volarle una reguera ahí en la salida de la puerta y verás que amanece penando”. Así justifica el haber vencido tanto al diablo como a la cegua. El símbolo de la cruz, ya sea en el machete —la cruceta— o abriendo los brazos para formarla, se encuentra en historias suramericanas tales como la Sayona, la cual era un espanto que mataba a quienes hablaran de mujeres en el bosque. Por último, pero sin agotar los rasgos de la oralidad, el cuenta cuentos es mal hablado. Sin embargo, esto no es propio del nicaragüense, pues en La Celestina y otras historias medievales se lee el famoso ‘hideputa’. Veamos sólo unos cuantos ejemplos en la narración que nos ocupa: “Si te montás te arrepentís hijo de p...”, en el caso de la mica bruja. En su cuento de la tremolina con el diablo es en donde se muestra mucho peor. “¡Ah no, no me jodás hijo de p...!”; “¡Ajá! No hablás hijo de p... entonces te hacés el chancho, va pues démosle a este rejodido, te voy a enseñar ahorita cómo es que me llamo yo”. “Dejáte de m... vamos a ver qué diablo es éste que sale aquí”. Por supuesto, por tratarse de la publicación en un Diario, nuestro periodista Mario Fulvio no nos ha completado la mala palabra y ha usado los puntos suspensivos para que la completemos. Para cerrar este análisis, debo señalar que de los rasgos aquí destacados hay muchos que se encuentran presentes en la literatura medieval. De los temas que también he mencionado, son propios del ambiente americano los que inspiran miedo. Ya he citado el cuento de la Sayona y también debo citar “El gaucho y la sombra negra”, del folclor suramericano. Este último cuento se refleja en el cuenta cuentos de Olama y Los Mollejones, nada más que comienza diciendo que es un bulto blanco y termina describiendo una sombra negra. Sin embargo, el tema de la cegua que espanta a los mujeriegos, abunda en el folclor nicaragüense.

Carta al Profesor Róger Matus Lazo

Dr. César Ramírez Fajardo

END - 18:33 - 28/04/2008

Estimado Don Róger:Leí su artículo sobre “Los Bisturises Armónicos”, me gustó y le envío un fraternal abrazo.Sólo para su información y reforzando lo que dice al final: “Los Bisturises Armónicos convinieron en emplear intencionalmente el plural bisturises”, quiero hacer un poco de historia para que comprenda cómo sucedió.Para el año 1969, y en la celebración de un Congreso Centroamericano de Medicina, se convino con los países hermanos en celebrar un acto conjunto en que cada país trajera una representación artística para conocernos mejor (música, canto, baile, poesía, etc.).El Dr. Roberto Calderón, de grata recordación, comenzó con tiempo a buscar y elegir a los médicos que representarían a Nicaragua, ya que él era el organizador del congreso.Originalmente se formó un grupo musical de cinco médicos: los tres Bisturises, Sotero Silva y Jaime González, quienes practicamos nuestra música típica y llegamos a ser un buen conjunto (los que posteriormente seríamos “Los Bisturises Armónicos”, tuvimos mejor afinidad y practicamos por aparte música regional y algunas canciones inéditas y netamente folclóricas).Esa noche, en el “Teatro González”, al presentarnos los tres por sorpresa, incluso para el Dr. Calderón, fuimos el éxito de la noche y la ovación fue tremenda en un teatro lleno de médicos de toda Centroamérica.Después de la ovación, el Dr. Edmundo Mendieta, que era el Maestro de Ceremonia, anuncio ante el público dando nuestros nombres, que formaríamos un Trío Musical que se llamaría “Los Bisturíes Armónicos”. Wilfredo Álvarez tomó entonces la palabra y dijo que en verdad la palabra correcta es Bisturíes, pero que en vista de que no éramos un grupo profesional y para enfatizar que éramos principiantes, nos llamaríamos “Los Bisturises Armónicos”, que fue nuestro nombre de batalla desde el año 1969 hasta 1984.Hicimos historia por lo raro de que tres médicos se unan para recopilar y recuperar y cantar nuestro folclore. Recogimos más de doscientas canciones inéditas en el campo y los pueblos, e incluso, una de ellas, nuestra canción estrella: SON TUS PERJÚMENES, MUJER, y que fue el tema principal de nuestro primer disco del mismo nombre, la llevó Carlos Mejía Godoy a España y fue la que lo hizo famoso y fue el inicio de su gran carrera musical allende el mar.Como para complementar la historia, le refiero que al anunciar nuestro nombre (que al parecer iba contra las leyes de la gramática) recibimos gran cantidad de cartas, que aún conservo, la mayoría a favor de nuestra decisión (como usted dice “intencionalmente”) y hay una en particular, muy simpática, que dice que incluso fonéticamente se oye más hermoso Bisturises que Bisturíes; y termina diciendo (la carta): “qué horrible sería que a las Codornices les dijeran Codorníes”, ¿qué le parece?... Son cosas de nuestro idioma.Le saluda atentamente con un gran abrazo, su amigo.

Nuestro idioma al día

Nuestro idioma al día “Son tus perjúmenes, mujer”
Roger Matus Lazo

04:00 - 03/11/2007

De Jinotega la distinguida colega y amiga, licenciada Maritza Guerrero, nos plantea una pregunta relacionada con la fonética nicaragüense: “¿Cuál es la explicación que justifica el uso de perjúmenes en el habla campesina de nuestro país?” El habla popular manifiesta alteraciones en la estructura de las palabras (metaplasmos), que ocurren en el español general. Citemos como ejemplo:Adición al principio o prótesis: abajar (por bajar), almareado (por mareado), arrecostar (por recostar), arrejuntar (por rejuntar), descambear (por cambear). Adición en el medio o epéntesis: cónyugue (por cónyuge), espumarajo (por espumajo), descharchalado (por descharchado), perjúmenes (por perfumes).Adición al final o paragoge: catizumbada (por catizumba), descharchalar (por descharchar), ridiculeza (por ridiculez).Supresión al principio o aféresis: horrar (por ahorrar), hogar (por ahogar)humar (por ahumar), Ulogio (por Eulogio).Supresión en el medio o síncopa: Clotilde (por Cleotilde), madrasta (por madrastra), padrasto (por padrastro), taurete (por taburete).Supresión al final o apócope: bacán (por bacanal).Transposición o metátesis: cachipil (por chiquipil), nesquiza (por nisqueza),váguido (por vádigo=vahído).Contracción: almediós (por alma de Dios), hijuecasa (por hijo de casa), pisicorre (por pisa y corre).Otro fenómeno fonético muy usual es la analogía o semejanza. Consiste en la alteración fonética de la palabra por la semejanza de unas con otras. Cuando el pueblo oye una voz nueva, trata -para explicársela o para conservarla en la memoria- de asimilarla a una palabra ya conocida. Tal es el caso de: cuerpo espín (puerco espín), consuitinerario (consuetudinario), arquilino (inquilino), semáfaro (semáforo), alsombra (alfombra), etc.La asimilación consiste en convertir un sonido en otro igual, que generalmente se encuentra vecino, y también próximo a la vocal acentuada. Citamos como ejemplo de este caso, la palabra párparo (párpado).Contrario a la asimilación, la disimilación consiste en pronunciar de manera diferente dos sonidos iguales en sílabas vecinas. Tal es el caso de las palabras: subadero (sudadero), arquilar (alquilar), márbol (mármol), adevinar (adivinar), molenillo (molinillo), sepoltura (sepultura), delantar (delantal), vesitar (visitar), etc.Hay hablantes de bajo nivel cultural que, por su deseo de acercarse a una forma culta, deforman o modifican una palabra. Se trata -como afirma R. Menéndez Pidal, en su Manual de gramática históricaespañola -de un error lingüístico, de una "falsa interpretación de los fenómenos lingüísticos". Específicamente se denomina ultracorrección o hipercultismo. Cuando el hablante de bajo nivel cultural pretende pronunciar como la gente culta, incurre en este error por creer equivocada la forma correcta. Por eso afirma Ramón Menéndez Pidal que la ultracorrección es "un fenómeno fundado en el natural deseo de purismo". La ultracorrección es un fenómeno frecuente en la lengua y constituye, como afirma Menéndez Pidal, "un importante factor en la evolución del lenguaje". En general, los hablantes siguen los siguientes procedimientos.Unas veces los hablantes intercalan un sonido como el término inflación, que algunos pronuncian inflacción por creer equivocadamente en otros modelos (fracción, lección, etc.).Otras veces, suprimen un sonido determinado, como tortía, por influjo de sandía, por ejemplo. En ocasiones, cambian un sonido por otro, como el caso de piscina (del latín piscis "pez"), que pronuncian piccina por analogía con otras palabras que sí llevan este sonido como picnic.En ocasiones, cambian el sonido por derivación lógica, como el caso de arborizar (del lat. arbor, arboris) que pronuncian “arbolizar”, por derivar de la palabra árbol.Otros casos de cambio de sonido los advertimos en algunos verbos como cambiar, negociar, envidiar, despreciar, fotocopiar que, precisamente por el fenómeno del hipercultismo se producen formas incorrectas del tipo: “Yo cambeo”, “yo negoceo”, “yo envideo”, “yo despreseo”, “yo fotopeo”. En Lengua madre, de César Ramírez Fajardo, encontramos el siguiente texto en el que se advierte el uso de vacear por vaciar: ... se vacea en la pura agua.Nuestros campesinos dicen “perjúmenes”. ¿De dónde surgió el término “perjúmenes”. Los hablantes del campo lo han tomado de una serie de plurales de voces cultas que han oído en algún lado: resúmenes, exámenes, certámenes, volúmenes, dictámenes, imágenes, vejámenes, crímenes, etc.. El fundamento popular de perfúmenes se inscribe en la lista anterior. Ángel Rosenblat nos recuerda que Cuervo señalaba en Bogotá el término perfumen y que encontró en una edición española de 1704 el plural perfúmenes. Nuestros campesinos dicen perjúmenes ("Son tus perjúmenes, mujer" dice la canción recogida por los "Bisturices Armónicos"). Se trata de un cambio fonético (/f/ por /j/), fenómeno común en el habla popular de Nicaragua, como ajuera (afuera) o el antiguo forano (rústico, huraño, hombre del campo) que diptongado da fuerano y que generalmente pronuncian juerano. Esporádicamente escuchamos infórmenes, por informes, error lingüístico común también en otros países hispanoamericanos, como Venezuela, en donde dicen igualmente chísmenes. Rosenblat, en sus Estudios sobre el habla de Venezuela, nos refiere una anécdota. Resulta que a un poeta humorístico de fines del siglo XIX, Alejandro Romanece, lo acusaban de ser autor de una hoja anónima. El Gobernador de Carabobo lo convocó a su despacho: -Tengo infórmenes de que usted escribió el anónimo. -Esos son chísmenes, General.

AL ENCUENTRO DE LA VIDA Luis Rocha

END - 20:14 - 02/04/2008

El de Managua y el de Masatepe decidieron hacerle una visita al famoso Chocoyito Chimbarón, en su adoptada Masaya, donde convalece de un derrame cerebral del que, para alegría de sus amigos, se recupera satisfactoriamente a pesar de que le impusieron la “Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío” hace muy poco. Convalece y se recupera gracias a los amorosos cuidados de su “Doña Marina”, quien se siente como si estuviera “criando” cuando lo pasa mimando todo el santo día. Al Dr. Wilfredo Álvarez Rodríguez le encajó Chocoyito Chimbarón el finado e inolvidable Dr. Sergio Martínez Ordóñez, “El Conchudo”, en los tiempos en que Wilfredo trabajó en el Hospital Militar “Alejandro Dávila Bolaños” y tenía que vestir uniforme verde olivo, pareciéndose así, con su protuberancia abdominal, al Chocoyito Chimbarón de un programa de televisión. Pero Wilfredo, vale la pena recordar, además de prestigioso médico y maestro de generaciones, fue uno de los tres integrantes de “Los bisturises armónicos”, junto con los doctores César Zepeda Monterrey, ya fallecido, y César Ramírez Fajardo, galenos a quienes Nicaragua les estará por siempre agradecida, ya que montaraces, cazadores y bohemios, en sus expediciones por todo el país rescataron y recrearon gran parte de nuestro folklore musical, como lo evidencian esos dos Long Play que llevan por títulos “Son tus Perjúmenes Mujer” y “Eva de Amor”.Chinandegano de nacimiento, además de lo ya dicho es pintor y ha sido profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes. “El chorreador de asfalto y otros cuentos”, publicado el año pasado, lo consagran como un excelente cuentista. Lo encontramos muy orondo, descansando en su silla, acompañado, además de por Doña Marina, por sus contemporáneos y amigos de todos, los doctores Fernando Silva y César Ramírez. Estaba César Ramírez tarareando algunas coplas del “Pañuelito”:Quisiera ser zapatitoy calzar tu lindo piepara ver desde abajo lo que el zapatito ve.Entonces el de Managua metió su cuchara: Recientemente el Ingeniebrio Noel Vargas y su esposa Maritza pasaron la semana santa en las despaladas montañas de Chontales, en donde ya incluso los caballos han sido sustituidos por las bicicletas, y alguien estaba cantando esta copla que dijo pertenecía al “Pañuelito”:Quisiera ser monturitacuando andás en bicicleta.Encima de mí pedaleandote ves de lo más coqueta.César Ramírez inmediatamente apuntó la letra y se la guardó en su bolsillo, para después pasar a recordar viejos tiempos y estrenos de canciones que hicieron furor en Nicaragua y el mundo. Era la década del setenta y en plena dictadura de Somoza reunirse en nuestras casas para saborear el folklore recién descubierto o las recién paridas canciones de Carlos Mejía Godoy, era como oxigenarse con creatividad y alegría. Sergio Morazán y su Vidaluz quieren recordar, repitiéndolos de alguna forma, aquellos tiempos en que a las cuerdas de las guitarras se unían rones y aromas de venados, cusucos y guardatinajas. Asados nocturnos fronterizos con las madrugadas, con invitados como los Soñadores de Saraguasca y siempre que puedo menciono a Olga Molina Oliú, animadora y consentidora infatigable de aquellas noches musicales, gastronómicas, bohemias, espirituosas y espirituales a las que también asistía Pablo Antonio Cuadra, premiado con la musicalización que Carlos Mejía Godoy hizo de sus poemas de Cifar. Claro que la Olga Molina Oliú contaba con la complicidad y el apoyo de César Amador Kühl, a quien aquellos desvelos le infundían vigor. Visitante, aunque esporádico por sus ocupaciones políticas, también lo fue Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. La figura llena de picardía de César Ramírez Fajardo emergía en la oscuridad agitando las maracas, mientras César Zepeda Monterrey, alias Chunchón y Wilfredo Álvarez, en perfecta sintonía y sincronización, cantaban. Aquellas esperadas reuniones en las que se iba al encuentro de la vida, se multiplicaban donde Chale Mántica, el Señor Gobernador Tastuanes, en donde no faltaban Erwin Krügger y el vino de nancites.Dicen que a César Zepeda Monterrey le pusieron Chunchón, no únicamente por su estatura, sino porque todas sus cuñadas, de origen y apellidos chinos, eran, con la excepción de su esposa, casadas con chinos. De manera que el calificativo de Chunchón, además de hacerle justicia a su figura, podía pasar como un nicaraguanizado apellido chino. Todos recordábamos con nostalgia aquel tiempo pasado, junto con Wilfredo Álvarez en Masaya. Rico se sentía saborear aquellos recuerdos. Era como si una vez más hubiésemos ido al encuentro de la vida.

martes, 29 de abril de 2008

Nuestra Lengua : Son Tus Perjumenes Mujer

—Róger Matus Lazo—Managua
Hay hablantes de bajo nivel cultural que, por su deseo de acercarse a una forma culta, deforman o modifican una palabra.
Se trata -como afirma R. Menéndez Pidal, en su Manual de gramática histórica española -de un error lingüístico, de una «falsa interpretación de los fenómenos lingüísticos». Específicamente se denomina ultracorrección o hipercultismo. Cuando el hablante de bajo nivel cultural pretende pronunciar como la gente culta, incurre en este error por creer equivocada la forma correcta. Por eso afirma Ramón Menéndez Pidal que la ultracorrección es «un fenómeno fundado en el natural deseo de purismo». El ejemplo que citamos lo toma de la realidad lingüística española:
Los alto-aragoneses y los valencianos incultos saben que en vez de sus vocablos muller, palla, fillo, los castellanos dicen mujer, paja, hijo, etc.; así a veces, cuando quieren hablar bien la lengua culta y desechar su dialectalismo, creen que en vez de cebolla o de meollo deben decir ceboja, meojo.
La ultracorrección es un fenómeno frecuente en la lengua y constituye, como afirma Menéndez Pidal, «un importante factor en la evolución del lenguaje». En general, los hablantes siguen los siguientes procedimientos.
Unas veces los hablantes intercalan un sonido como el término inflación, que algunos pronuncian inflacción por creer equivocadamente en otros modelos (fracción, lección, etc.).
Otras veces, suprimen un sonido determinado, como tortía, por influjo de sandía, por ejemplo.
En ocasiones, cambian un sonido por otro, como el caso de piscina (del latín piscis «pez»), que pronuncian piccina por analogía con otras palabras que sí llevan este sonido como picnic.
Otros casos de cambio de sonido los advertimos en algunos verbos. Ladear, por ejemplo, pertenece al grupo de verbos que tienen vocal /e/ final en el lexema (lade-ar) y siempre forman hiato como los verbos leer (leo), creer (creo), arrear (arreo), merodear (merodeo), colorear (coloreo). En los usos populares o dialectales - explica Alarcos Llorach-, estos verbos pueden atraer a los otros verbos con /i/ en la raíz, o son atraídos por ellos; es decir: lade-ar, por ejemplo, es atraído por cambi-ar, o éste es atraído por lade-ar, con lo que se producen formas incorrectas del tipo: cambeo por cambio, y ladiamos por ladeamos.
En el habla nicaragüense es bastante frecuente este fenómeno. Veamos unos ejemplos: ella fotocopia> ella fotocopea; yo envidio a Pedro> yo envideo a Pedro; ella lo desprecia> ella lo despresea; Luis negocia > Luis negocea. En Lengua madre, de César Ramírez Fajardo, encontramos el siguiente texto en el que se advierte el uso de vacear por vaciar:
... se vacea en la pura agua.
Es común este fenómeno en verbos en la tercera persona del pretérito perfecto simple como leer, que se pronuncia leó, por analogía con oleó (de oler), y creer, que se pronuncia creó, por analogía con creó (de crear). Esporádicamente escuchamos infórmenes, por informes, error lingüístico común también en otros países hispanoamericanos, como Venezuela, en donde dicen igualmente chísmenes. Angel Rosenblat, en sus Estudios sobre el habla de Venezuela, nos refiere una anécdota. Resulta que a un poeta humorístico de fines del siglo XIX, Alejandro Romanece, lo acusaban de ser autor de una hoja anónima. El gobernador de Carabobo lo convocó a su despacho:
-Tengo infórmenes de que usted escribió el anónimo.
-Esos son chísmenes, general.
Infórmenes ( y unifórmenes, también usual en nuestro país) los hablantes los han tomado de una serie de plurales de voces cultas: resúmenes, exámenes, certámenes, volúmenes, dictámenes, imágenes, gravámenes, vejámenes, crímenes, cardúmenes.
El fundamento popular de perfúmenes se inscribe en la lista anterior. Rosenblat nos recuerda que Cuervo señalaba en Bogotá el término perfumen y que encontró en una edición española de 1704 el plural perfúmenes. Nuestros campesinos dicen perjúmenes («Son tus perjúmenes, mujer» dice la canción recogida por los «Bisturices Armónicos»). Se trata de un cambio fonético (/f/ por /j/), fenómeno común en el habla popular de Nicaragua, como ajuera (afuera) o el antiguo forano (rústico, huraño, hombre del campo) que diptongado da fuerano y que generalmente pronuncian juerano.

Los Bisturices Armonicos

Róger Matus Lazo
END - 20:07 - 18/04/2008Tres prestigiados médicos integraron en la década de los sesenta un grupo musical que pusieron por nombre “Los bisturices armónicos”. ¿Por qué usaron el plural “bisturices”? Hagamos un breve recorrido, en forma didáctica, por el fenómeno de la pluralización de algunas voces.La diferencia formal entre gato y gatos es el morfema /s/. Desde el punto de vista del significado, gato expresa un individuo solo de la especie de los felinos, y gatos indica varios individuos. Esta forma diferente de especificar la unidad o la multiplicidad se llama número, que puede ser singular o plural.¿Cuáles son las leyes que rigen la formación de los plurales? Observemos el siguiente cuadro:De acuerdo con el cuadro, existen cinco maneras de formar el plural.* Primera regla: cuando el singular termina en vocal no acentuada, se le añade una -s: mesa-mesas, carro-carros, cohete-cohetes, cheque-cheques (ing. check). Chele (en Nicaragua y en general en todo Centroamérica es el extranjero que no es español o el peliblanco) pluraliza igualmente cheles. La erupción que aparece en puntos aislados del cutis y generalmente crónica, conocida como herpe (del lat. herpes y, este del gr. herpe) se usa más en plural: herpes (el herpes, los herpes).* Segunda regla: cuando el singular termina en -e acentuada, se le añade s; así, canapé (del fr. canapé: escaño acolchonado para sentarse o acostarse) pluraliza canapés. Te (letra del alfabeto, regla para dibujar, elemento de tubería) se atiene igualmente a la regla: tes. Y lo mismo con paté-patés (del fr. paté: pastel de carne o pescado). Corsé (del fr. corset, dim. de corps, cuerpo: prenda interior que usan las mujeres para ceñirse el cuerpo) se atiene igualmente a la regla: corsés.* Tercera regla: cuando el singular termina en vocal acentuada que no sea e, se le agrega la sílaba -es; así, rondó (del fr. rondeau, composición musical) pluraliza rondoes. Papá-papás, sofá-sofás y mamá-mamás constituyen importantes excepciones. Y lo mismo ocurre con jacarandá (o jacaranda), la planta americana, que pluraliza jacarandá (o jacarandas) rajá (del fr. rajah y radjah y éste del sánscrito raja, rey: soberano índico) es rajás.Hay muchos polisílabos agudos terminados en las vocales -á, -í, -ú que han adoptado dos formas para el plural: -es y -s, aunque la primera parece gozar de mayor prestigio literario que la segunda, común en el lenguaje coloquial y espontáneo. Veamos.En -á: bajá (título honorífico en algunos países musulmanes) pluraliza bajaes, su forma culta, aunque es más frecuente el plural bajás; y el plural de Curbasá, el dulce de frutas preparado a base de mangos, marañones, jocotes y dulce de rapadura, y que generalmente se come en Semana Santa, puede muy bien pluralizar en las dos formas: curbasaes y curbasás.En cuanto a los sustantivos en -í citamos algunos casos de particular importancia: frenesí (delirio furioso, violenta perturbación del ánimo) pluraliza frenesíes y frenesís. Casos similares son también: maniquíes y maniquís, rubíes y rubís, jabalíes y jabalís. El plural de esquí es esquís; y el plural de popurrí (del fr. pot pourri, composición musical formada de fragmentos o temas de obras diversas) es popurrís. En cuanto a hurí ( “cada una de las mujeres bellísimas creadas, según los musulmanes, para compañeras de los bienaventurados en el paraíso”) pluraliza huríes, como puede verse en el recuadro.Referente a los sustantivos en -ú, señalamos los siguientes casos: bambúes y bambús, tabúes y tabús. Tisú, la tela de seda entretejida con hilos de oro y plata y que menciona Darío en su poema “A Margarita Debayle”, pluraliza también de dos formas: tisúes y tisús. Pero hay dos nombres de uso muy frecuente que se emplean de modo casi exclusivo con el morfema -s: champús, menús.Cuarta regla: cuando el singular termina en consonante, se le agrega la sílaba -es: corazón-corazones, bondad-bondades, tos-toses. Igualmente, patatús (congoja o accidente leve), pluraliza patatuses. La danza de origen alemán vals (del al. walzen, dar vueltas) y que en Nicaragua y resto de América se dice valse, se ajusta también a la regla: valses.Quinta regla: cuando se trata de una palabra grave o esdrújula terminada en -s, el plural no se modifica: el martes- los martes, la sífilis-las sífilis, el énfasis-los énfasis, el éxtasis-los éxtasis. (Observemos que el número se distingue por el artículo.)Volvamos al término bisturices que aparece en el título de este trabajo. Bisturí, como se sabe, es el instrumento en forma de cuchillo para hacer incisiones. Se trata de un sustantivo terminado en -í y de acuerdo con lo que hemos explicado en la tercera regla, pluraliza de dos formas: bisturíes y bisturís. Los tres médicos que en un tiempo integraron el grupo musical “Los bisturices armónicos” convinieron en emplear intencionalmente el plural bisturices.

Acerca de Los Bisturices Armonicos

En diferentes medios de comunicación se han publicado algunas irregularidades, controversias y malas interpretaciones que considero necesario aclarar, en beneficio del público que admiró a Los Bisturices Armónicos, así como también de quienes no nos conocieron pero han escuchado lo que quedó grabado de nosotros y sin embargo tienen confusiones o ideas erradas de lo que recopilamos, grabamos y contamos por varios años como trío (1969-1984). Los Bisturices Armónicos formamos una sociedad llamada Grabadora Médica, S.A., integrada por los doctores César Zepeda Monterrey, Wilfredo Álvarez Rodríguez y César A. Ramírez Fajardo, y como asesor y encargado de las grabaciones, Lorenzo Cardenal. Han fallecido el doctor Zepeda y el querido “Chocoyo” Cardenal, pero para fines legales la compañía aún está vigente. Grabamos nuestro primer disco de larga duración en el año 1973, titulado Son tus perjúmenes mujer, y segundo con el nombre de Eva de amor. Posteriormente, en el año 1996, como para modernizarnos se grabó un CD que recogió lo más significativo de ambos larga duración, que se llama Eva de amor. Nuestra principal meta fue grabar canciones folclóricas, muchas olvidadas en el “cofre de la ciudad”, como decía don Salvador Cardenal, que es en el campo, lugar del que decidimos rescatarlas, desempolvarlas y con mucha dedicación y sacrificios darlas a conocer de nuevo. Don Salvador Cardenal decía que cuando una canción tiene éxito con el público, tiene muchos “papás”, o como decía alguien: “la victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana”. Nosotros rescatamos y grabamos bellas canciones, como Son tus perjúmenes mujer, nuestro mayor éxito, que gracias a Carlos Mejía Godoy le dio la vuelta al mundo y ocupó por dos años el primer lugar en España, y recibimos una placa de reconocimiento de la CBS. Otras canciones como Un muchacho tonto, La reventazón (grabada por Elsa Baeza en España), Escobita pulida, El fornalero; canciones de animales como El garrobo, El pitero, Aparición, El pichelito de agua, Azúcar y pimienta, El diriomeño, etc., también están en nuestra “alforja cultural”. No sé por qué canciones bellas en melodías, con mucha ingenuidad y con palabras muy nicas, de tanta “pureza natural”, muchos llamados “cantautores” en vez de conservar su forma, ritmo y melodía originales tratan de deformarlas, y hasta las vulgarean. Por citar algunos ejemplos: El pichelito de agua, Azúcar y pimienta, Escobita pulida y Son tus perjúmenes mujer. A Son tus perjúmenes mujer, Carlos Mejía Godoy le hizo arreglos que más bien la adornaron y eran necesarios en España, donde no se conocían palabras “nicas” como sulibeyo, soripeyo, almareyo, etc. Y esta canción “chapiolla” le dio la vuelta al mundo y Carlos siempre ha afirmado que es folclor nicaragüense y que originalmente fue grabada por Los Bisturices. La canción recientemente fue destrozada en México por Lupillo, quien a pesar de la protesta de Carlos no quiso rectificar ni aceptar que es folclor nicaragüense. Más recientemente el conjunto Los Mokuanes la grabó con agregados que desentonan y más bien le restan belleza musical. En cuanto a Son tus perjúmenes mujer, como Los Bisturices Armónicos dejó de funcionar desde 1984 muchas personas escuchan otras versiones y creen que es obra de Otto de la Rocha o de Carlos Mejía Godoy. Inclusive leí la nota del señor Oscar Sáenz, de Las Vegas, Nevada, quien creía que era del Indio Pan de Rosa, ya fallecido. Así que valga este artículo para despejar dudas y que nos devuelvan el crédito.

Cesar Ramirez Fajardo

El autor es médico y artista. El autor es miembro de los Bisturices Armónicos.